Nos hacemos eco de la carta que nuestra amiga Yael Borkow ha
enviado al alcalde de Barcelona. En ella denuncia el terrible
desaguisado que han permitido hacer en la Pedrera, emblemático edificio
de la Ciudad Condal y Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Nos sumamos a esta denuncia y exigimos al alcalde Trias la retirada del
cartel, pues resulta del todo inapropiada su colocación en la fachada
de la Pedrera.
Apropiarse del patrimonio cultural como metáfora de la política nacionalista.
Hace poco más de 15 años visité Barcelona por primera vez. Un recorrido
obligado en la que ahora es mi ciudad de residencia es la visita a la
casa Milà o la Pedrera y la casa Batlló, ambas parte del Modernismo
Catalán y Patrimonio Cultural de la humanidad como toda la obra de
Antoni Gaudí.
Se encuentran en un entorno donde además hay casas de
otros autores como Puig y Cadafalch y Domenech i Muntaner, todas
apostadas en la llamada “Manzana de la Discordia” de nuestro precioso
Paseo de Gracia, donde la obra arquitectónica de estos artistas se
disputa el puesto de la casa más hermosa. Los edificios están ahí para
beneplácito de muchos y la contienda está zanjada. Hoy la discordia la
sirve el ayuntamiento de Barcelona.
La Pedrera dispone de un espacio
publicitario que puede vender si a quien administra le parece apropiado
y esta vez el comprador ha sido la Assemblea Nacional Catalana. Esta
última lleva semanas llenando los espacios públicos de plásticos
amarillos, pegando carteles con consignas como “tener un país donde se
coma helado de postre todos los días” o donde “los jóvenes nos vayamos
de casa a los 18”. La Casa Milà es hoy víctima de la propaganda más
cursi, cara y de peor calidad.
La Pedrera, tiene las ventanas
tapadas. Los de dentro nos ven a través de un velo amarillo pero ellos
no están a la vista de los ciudadanos. Se tapa un edificio declarado
patrimonio de la Humanidad para convertirlo temporalmente en el
escaparate propagandístico del separatismo. Se obvia a Antoni Gaudí para
que los turistas y los residentes lean lo que la ANC considera
oportuno.
Si las autoridades de esta ciudad no lo impiden es que
quieren que los visitantes y viandantes piensen que lo que importa no es
el arte sino el cartel del andamio. Lo siento, decir que pretenden que
se piense es mucho decir. Más bien, captar. Como la educación y la
política desde hace años en Cataluña. Lo que importa no es el individuo
sino el producto.
Felicito al alcalde Xavier Trias por preparar esta
ciudad para ser capital de un estado fallido que no será y por
contribuir a tapar con mentiras y plásticos lo bueno que hay en
Cataluña, que es mucho aunque él, su partido y otros actores se empeñen
en hacernos pensar que este es un país de sentimentalones que pintan
todo de amarillo para poder convertirse en una feliz república bananera
sin arte y donde algunos no tenemos parte.
Yael Borkow
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada