En un día como hoy, hace 16 años la banda terrorista etarra nos mató a Miguel Ángel Blanco. Toda España vivió intensamente su cautiverio y la tragedia de su muerte y la manera en que sus asesinos perpetraron uno tras otro sus horrendos crímenes contra él.
Miguel Ángel Blanco dio su vida por la libertad y lo mataron por ser español, como a tantos y tantos conciudadanos nuestros a lo largo de décadas. Su vil asesinato, lo de Hipercor o el atentado de la casa cuartel en Vic, son ejemplos relevantes que nos vienen a la memoria para reconfirmar algo de lo que nunca hemos tenido la menor duda: lo vil, cobarde y repugnante del terrorismo.
Lo rastrero del entorno etarra y de aquellos que de una manera u otra les dan alas o están manchados en la implicación de sus delitos. Algunos de ellos separatistas irredentos que torticeramente se apropian de la palabra ‘libertad’.
Por eso, recordando algo que nos han enseñado grandes maestros, no olvidemos NUNCA que la libertad más perfecta, más auténtica. es la que beneficia al máximo de personas. Y por eso, entre otras razones, sentimos aversión al separatismo intolerante y sectario que busca la libertad y el beneficio de sus seguidores y, además, el aplastamiento de quienes no lo son.
Frente a esas prácticas, hace 16 años todo un pueblo levantó sus manos limpias e impolutas, clamando libertad y llorando la muerte de uno de sus hijos. Uno más de los que la sinrazón terrorista se nos ha llevado, pero SIEMPRE permanecerán en nuestros corazones y en nuestra memoria.
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